10 AÑOS HACIENDO TEATRO
Cena de gala, viernes, 23 de abril de 1999

Invocación
  Saludos
Dedicatoria
Historia del Taller
Premiación
Brindis
 



La actividad se celebró en el mismo escenario que año tras año ha sido testigo del trabajo de los jóvenes del Taller de Teatro de la Inter-Metro.
Allí se reunieron ex-miembros del grupo, familiares, profesores y las autoridades universitarias.

La joven Leslie Ostolaza tuvo a su cargo la invocación

    "Amado Padre Celestial, en esta noche inclinamos nuestras cabezas en señal de reverencia y de agradecimiento por habernos permitido llegar hasta aquí y por darnos la oportunidad de estar juntos esta actividad con la que comenzamos las celebraciones de nuestros de los primeros diez años del Taller de Teatro de la Inter-Metro, noche que recordaremos por siempre. Padre, te damos gracias por la oportunidad que nos has dado de pertenecer al Taller de Teatro, de poder desarrollar y descubrir nuestros talentos, de crecer como individuos y de ver la vida ahora desde otras perspectivas. Esta experiencia nos ha permitido conocer y convivir con otras personas, que se han convertido en nuestros grandes amigos.  Ahora te pedimos que nos sigas bendiciendo durante el camino que nos corresponde a cada uno y que bendigas a nuestro profesor y amigo, el doctor Antonio García del Toro para que por medio de este maravilloso taller continúe formando mejores seres humanos. Te pedimos que también bendigas los alimentos que durante esta actividad hemos de ingerir. También te pedimos que bendigas esta noche para que la misma sea todo un éxito, igualmente bendigas las presentaciones de ¡Salsa! y nuestro viaje a Italia. En nombre de nuestro Señor Jesucristo, Amén."



Los saludos oficiales estuvieron a cargo del licenciado Manuel J. Fernós, presidente de la Institución y de la senadora Velda González,
 quien en su mensaje habló de su experiencia al compartir la escena profesional con algunos de los jóvenes del grupo.
Dedicatoria

El Taller de Teatro de la Inter-Metro en su décimo aniversario rindió homenaje a su director técnico
ANTONIO FRONTERA


La joven Saritza Zambrana y el licenciado Manuel J. Fernós, presidente de la Universidad Interamericana
 de Puerto Rico, mientras hacen entrega a Antonio Frontera de la placa conmemorativa.

  

Saritza Zambrana: Cuando en mayo del año pasado comenzamos a organizar la celebración de nuestro décimo aniversario, decidimos reconocer los méritos no sólo de los estudiantes que se han destacado durante esta primera década.  Por esta razón, se acuerda entonces dedicar los actos de esta noche al profesional del teatro que, junto con a nuestro profesor, ha estado con nosotros por más tiempo. El Taller de Teatro de la Inter-Metro dedica la celebración de este décimo aniversario a Antonio Frontera, nuestro director técnico y diseñador de luces. Antonio Frontera Arocho,  Chomo para sus compueblanos, nace en San Sebastián del Pepino. En 1952, después de  terminar la escuela superior, inicia sus estudios universitarios y obtiene años más tarde su Bachillerato en Artes con concentración en historia y teatro. Es durante su vida universitaria que comienza su inclinación hacia el teatro. Para entonces crea el Círculo Teatral Pepiniano, grupo que contribuyó al desarrollo de la juventud de su pueblo natal.

A finales de la década de los años cincuenta, se casa con Norka Méndez con la que procrea una hija, Norkita y se convierte en padre de crianza de tres sobrinos: Félix, Carlos y Arnaldo Méndez. Para esa misma época empieza su vida militar, en la que además de convertirse en paracaidista inicia su pasión por los equipos electrónicos.A su regreso a San Sebastián se desempeña como maestro de español e italiano en la escuela superior. Y continúa su labor teatral con la comunidad pepiniana. Su trabajo llega a oídos del señor Leopoldo Santiago Lavandero, destacado hombre de teatro, que en esos momentos estaba organizando el Programa de Teatro Escolar. Antonio Frontera, es reclutado por él y se convierte en el primer maestro de teatro escolar, asignado al Distrito Escolar de Mayagüez. El Programa crece vertiginosamente y la labor de nuestro homenajeado lo lleva a convertirse en el primer supervisor general del Programa. Para esos días regresa de la Universidad de California con el grado de Maestro en Artes, con especialización en técnica teatral.Años después, al surgir la Compañía Teatral de Maestros, se convierte en el primer director de la misma. Durante ese período, viaja con los maestros por los pueblos de Puerto Rico y también al extranjero.Cuando se crea el Programa de Bellas Artes, que agrupa el de teatro, el de música y el de las  artes visuales, Antonio Frontera es nombrado director del  Programa de Teatro.  Y en 1974, después del retiro de Lavandero,  ocupa el puesto de director de Bellas Artes hasta 1978. En ese año comienza otra etapa en su vida profesional. El Secretario de Instrucción Pública lo recluta para que —como miembro del Comité Organizador de los VIII Juegos Panamericanos (COPAN)— estuviera a cargo de las actividades artísticas. El éxito las actividades artísticas de los Juegos es recordado por todos. Terminados éstos, Antonio Frontera permanece como director del grupo que se había organizado para el evento deportivo, COPANI.

Paralelamente a esta actividad educativa se ha desempeñado como diseñador y maestro de iluminación a nivel profesional. En 1968 su iluminación de la obra La pasión según Antígona Pérez es premiada; igualmente en 1970 la que realiza para la obra Todos los ruiseñores cantan. Antonio Frontera diseña el teatro de COPEY (Compañía de Escena e Imágenes), el sistema del luces del Teatro del Ateneo Puertorriqueño, ha sido director técnico de la compañía de bailes Areyto, asesor de Ballet de San Juan y del  Ballet Nacional de Tony D’Astro, adiestra al personal técnico del Teatro Yagüez de Mayaqüez y actualmente dirige las obras nuevo teatro de San Sebastián.

Cuando el doctor García del Toro organizó el Taller de Teatro que hoy celebra su primera década de existencia no tardó en reclutar a Antonio Frontera, un profesional que desde que se conocieron siempre lo había acompañado en casi todos los montajes que el profesor había hecho.  De esa forma el señor Frontera, comienza con nosotros. Durante estos años hemos contacto con sus conocimientos, con su increíble respaldo y con su espíritu cooperador. Ha sido un gran ejemplo para nosotros. Nunca lo hemos oído decir “No se puede.” Siempre  busca una solución para los miles de problemas que surgen en los teatros durante los montajes. Lo hemos visto trabajar sin parar para lograr que nuestras producciones salgan adelante. En República Dominicana, hace maravillas para que ¡Burundanga! llegue a los dominicanos con el mismo profesionalismo que la vieron los puertorriqueños. Así mismo observamos llenos que admiración su incansable labor durante los montajes en El Paso, Texas,  y en cuidad Juárez. Y cada día que hemos compartido con él, hemos aprendido del artista, del maestro y sobre todo del ser humano que es Antonio Frontera. Nos sentimos honrados de contar con él.


Historia del Taller


   

        Luis (Tito) Ramos: En el 1989, se publicó una hoja suelta en nuestro Recinto en la que se invitaba a los estudiantes a pertenecer a un grupo de teatro. La reunión fue a principios del semestre. El día señalado nos dimos cita más de sesenta y cinco jóvenes. El doctor Gamaliel Pérez Santiago—rector para ese entonces—  presentó a quien sería nuestro maestro, el doctor Antonio García del Toro. Después que éste explicó cuáles eran sus proyectos para con el grupo, los estudiantes manifestamos nuestras  inquietudes. Algunos no sólo querían ser actores de teatro, sino también de televisión.  Inmediatamente comenzó el profesor, como todos le llamamos, a darnos clases de proyección, dicción, etc. También nos hizo improvisar para saber si teníamos talento o no. En los primeros años del taller no se audicionaba para  ingresar. Se nos pedía disposición, disciplina y puntualidad, entre otras cosas. Y ese año, como siempre pasa, no todos los que llegan tienen el valor suficiente para resistir la presión que el trabajo del grupo implica.

        Fantasía Navideña fue la primera  puesta en escena del Taller y la primera  experiencia teatral para muchos. Fue un drama de contenido navideño que compartimos con el Coro y  la Tuna del Recinto.  Durante los ensayos de Un aniversario de larga duración o El “long-playing” de nuestra historia — segunda obra de ese primer año— ocurrieron un sinnúmero de anécdotas. Una de las que más recuerdo ocurrió cuando casi estábamos a punto de estrenar. Muchos no nos sabíamos las líneas y el profesor nos dijo que nos fuéramos al pasillo a  repasarlas.  Abel y José Alberto, dos grandes y talentosos compañeros, no se movieron. Cuando el profesor les preguntó que por qué no iban a repasar las líneas, Abel le contestó que él se las sabía y no tenía porque  repasar con nadie. El profesor se molestó por la falta de consideración y conciencia de grupo de estos dos jóvenes y nos dio un “speech”, que hoy son una tradición en el Taller. Llegó el día. Todos estábamos con hormigas en la barriga. Nosotros detrás del telón y el público frente a éste. Todos queríamos ir al baño. ¡Eran los nervios! Señores, todavía hoy —diez años después— siento lo mismo. Pero una vez arriba el telón todos los síntomas desaparecen. La adrenalina sube a cien y lo único que importa es salir a tiempo y que todos quedemos bien.

        En aquellos tiempos se estrenaba domingo y uno de nuestros compañeros, Raymond, fue el protagonista que otra anécdota. No llegó a la hora indicada y cuando lo hizo el profesor estaba apunto de sustituirlo.  Llegó una hora tarde y para defenderse  le dijo al profesor una verdad que hasta este momento había ocultado. Era ministro de una iglesia pentecostal y no había conseguido quien lo sustituyera durante el servicio dominical de este domingo. ¡Le gustaba demasiado el teatro! Durante la última función casi al finalizarla ocurrió otro incidente. Todo iba muy bien hasta que dos compañeras no entraron a escena; y Abel, José Alberto y yo tuvimos que improvisar. Cuando miramos hacia afuera, una de ellas oía sonriente  los piropos que le decía un tramoyista y la otra lloraba en una esquina. Bonito final, ¿no? No se puede pasar por alto que antes de la primera función el profesor nos trajo  unos obsequios con postales para cada uno de nosotros. ¡Eran sus obras! Todavía las conservo, como  también el diploma que nos entregó la Universidad por nuestra destacada participación en la obra. También recuerdo la frase que utilizó el doctor Gamaliel Pérez Santiago al ir tras bastidores a felicitarnos: “Estoy preñado de la emoción...”

        Terminó el primer año del Taller y muchos dijimos que no volvíamos, ya que  nos consumía mucho tiempo y era muy sacrificado. En mi caso puedo decirles que ya en  junio ya estaba deseoso de que llegara agosto para ir de nuevo al Taller. Llegó agosto y todos los que dijimos que no volveríamos fuimos los primeros en decir presente. ¡Ya era un vicio! Ese año se organizó la Primera Gira Interuniversitaria con la obra del año anterior y se escenificó un minidrama para la Primera Conferencia sobre la Enseñanza de la Redacción. También tuvimos el montaje de Ubú Rey. En la Gira participaron 32 actores, muchos más que el reparto original. Y para que todos pudieran trabajar en la obra, algunos se quedaron en ropa interior trasbastidores para que otros compañeros usaran su vestuario.  En Ubú Rey el trabajo fue inmenso: la coordinación de la escenografía, que corría por todo el escenario y había diseñado como siempre Julio Biaggi; el ritmo y la letra de la obra, que fue difícil entenderla; el vestuario, las luces de Antonio Frontera, etc. ¡Esos benditos etcéteras que siempre llegan al final para complicarnos más la vida! El público quedó maravillado con la forma en que nos multiplicábamos en escena. Así terminó este año con otro triunfo más para el Taller.

       El Cisne de cristal, en 1992, fue la primera obra de contenido dramático que hacíamos y la primera en la que teníamos que sostener un mismo personaje durante los tres actos.  La obra fue escrita para que la actriz  Josie Pérez la protagonizara, pero murió antes de hacerlo. Entonces, la Universidad y el Taller decidieron producirla como homenaje póstumo a esta destacada figura de nuestro teatro nacional. Para este evento se invitó a toda la clase actoral. ¡Otra presión más! Pero no ha habido prueba de la que no salgamos airosos. Ésa fue la primera vez que nos maquilló una profesional, Boli Muñiz; también fue la primera la crítica de teatro se ocupó de nosotros. Al vernos pensaron que había en el Recinto un departamento de drama. ¡Los engañamos! 

       Cuando comenzó el próximo año académico, se organizó la Segunda Gira Interuniversitaria que debió convertirse en la primera a nivel internacional. ¡Viajaríamos a España! El espectáculo escenificaría varios textos puertorriqueños y necesitaba un título muy especial. Muchos surgieron... unos buenos, otros menos buenos... a los que a coro reaccionábamos:  Unjú.... anjá.... Así surge el nombre del espectáculo que viajó por varias recintos de la Isla y que no pudo llegar a España. Unjú, anjá... d’allá p’acá fue la primera obra en la que bailamos y cantamos. Un “rap” daba comienzo a la obra.  La producción fue muy exitosa ese año también, aunque hubo muchos tropiezos para llegar al final. Pero eso pasa todos los años y todos los el profesor nos dice que año entrante va a hacer un monólogo. ¡Nada, en la producción siguiente se complica más la vida. Sí, ya sé que lo hace por nosotros. ¡Gracias!

       En este año se suponía que yo me graduara; pero, lamentablemente, no fue así. Me colgué. No crean que todo el que pasa por el Taller se cuelga en las clases, no. No todos son tan irresponsables como lo fui yo en ese momento. Un nuevo semestre, una nueva obra: El brindis de las cacatúas. Este año, como ya les dije, se suponía que me graduara y  no estuve en la producción. Además había conseguido trabajo y no podía cumplir con el horario del Taller. Sí, ya era un hombre. Bueno, los años no pasan en vano. De esa producción puedo decir que fue una muy profesional. Vine a ayudar en la boletería  y vi como mis compañeros representaban unos personajes complicadísimos. ¡Bravo para ellos! Ése año comenzó a diseñar el vestuario la mejor diseñadora que tiene Puerto Rico, Gloria Sáez. ¡Una excelente producción!

       Aquí, Cervantes fue mi “come back.”  El profesor siempre había querido escenificar los entremeses de Cervantes y por muchas razones nunca hasta ese momento se logró. Regresé al grupo durante el segundo semestre, hacía  mi primer intento de terminar la clase que me faltaba. Y... bueno... prosigo con la historia del Taller. En esa producción tuve —durante la canción final— mi primer solo. Gerson, un estudiante muy talentoso tanto para la música como para en la actuación, decidió suicidarse. No se asusten. Dejó el Taller a dos semanas del estreno; y Abel que  también había regresado para hacer el Quijote hizo todos los personajes del difunto. De esta producción nunca olvidaderos la amanecida el ensayo general que no pudo empezar hasta las ocho de la mañana. ¡El vestuario no estuvo listo hasta este momento!

       Al comenzar el siguiente año académico, se organizó la Primera Gira Internacional. ¡Burundanga!, que inicialmente viajaría a Cleveland, Ohio, se llevó a varias ciudades de la República Dominicana.  Allí representamos varios textos puertorriqueños, cantamos y bailamos.  Obviamente, durante esta producción no faltaron las anécdotas.  A dos semanas del estreno, Indira, compañera que tenía una participación muy importante en la obra, anunció que no podía estar el fin de semana de ensayos generales, que es sagrado. ¡Y fue asesinada! No se asusten, fue separada del grupo. ¡Botada, en otras palabras! ¡Botada por incumplimiento del deber! ¡Hasta yo tuve que aprenderme parte de sus parlamentos! Este año nos presentamos por vez primera en un teatro profesional. El teatro La Perla en Ponce conoció nuestro talento. Y también vio un gran regaño. Sí, porque a las de vestuario, bueno a todos, se nos quedó en San Juan el vestuario de una de las piezas más importantes... pero gracias a un novio comprometido a la fuerza... llegó cuando ya había comenzado el segundo acto.

       En la República Dominicana hubo de todo: terapias de grupo hasta altas hora de la madrugada para arreglar ciertos problemitas que habían surgido entre algunas compañeras... ¡qué frío!; deudas... sí, todos tuvimos que pagar por una larga llamada telefónica que uno de los compañeros hizo a la Isla y luego se cantó pelao; boda...  Sí, boda. Todo comenzó con un comentario de una compañera, Lillibeth. El alcalde de Jarabacoa, que nos había invitado a cenar la oyó y tuvimos boda al día siguiente. Él corrió con todos los gastos y hasta fue el padrino.  Pues sí, Abel y Linda se casaron allá y todos lloramos de la emoción. Hoy día ya son padres de una hermosa criatura.

       Con el nuevo año, nació la primera sucursal del Taller, nombre que le dio el profesor al grupo que se formó en Ponce. Fue una experiencia religiosa, como decía una de las compañeras de ese grupo, Amarilys. Durante el año compartimos varias veces lo que hizo que América fuera un éxito. Un año de muchos recuerdos. En este año también tuvimos la experiencia de participar en el XX Festival de Teatro de Vanguardia del Ateneo Puertorriqueño. Allí se estrenó Juegos en el espejo. Abel y Ferdinand tuvieron a cargo el estreno de esta pieza. Yo por mi parte asistí al profesor. Fue mi primera experiencia como asistente y  como regidor de escena. ¡Estupenda!

       Agosto de 1997 y teníamos un nuevo reto ante nosotros. Nos presentaríamos en el  XXIII Festival de Teatro del Siglo de Oro en El Paso, Texas, luego en Cuidad Juárez, México. Entremeses y molinos nos dió la oportunidad de trabajar con otra profesional del teatro, Zaida Varas. Hubo cambios, suicidios, asesinados... llantos... “no es justo, profesor...” dijo Amnerys en uno de esos momentos difíciles... de todo. En Texas la obra gustó y en México firmamos hasta autógrafos. Y, yo, por quedarme dormido por más de dos horas, me dejaron a pie en el hotel y tuve que coger un taxi para llegar al teatro. Cuando llegué estaba sustituido, pero... el profesor me perdonó.

       Al regresar, ese año, con motivo de honrar a Federico García Lorca en el centenario de su nacimiento montamos fragmentos de cinco de sus obras. Esta vez con la participación de estudiantes de otra sucursal, Bayamón. Ya eramos tres grupos: la sede, Metro, Ponce y Bayamón, el recién nacido. Fue un corre y corre. ¡Éramos tantos! Un día a mí se me olvidó abrir el armario donde trasbastidores almacenamos nuestras cosas. Allí estaba el gran telón, que hoy también celebra su noveno año con nosotros, y que debía participar como río en la escena de las lavanderas de Yerma. Cuando minutos antes de su participación me di cuenta de que el dichoso “closet” estaba cerrado, comencé como un loco a buscar la llave. Fui a la oficina. Busqué por todos lados y la llave no aparecía y mis compañeras tenían que entrar. Alargaron la canción por más de dos minutos, que para mi fueron dos años. Finalmente, después de haber forzado la puerta, apareció la llave encima del piano. Después ¿a que no saben qué pasó? Sí, me dieron tremendo regaño. Así termina esta maravillosa experiencia que todos conocieron como  5 veces Lorca.

       Este año nos enfrentamos a un nuevo reto, viajaremos a Italia con  ¡Salsa! (dramático CD de fin de siglo) nuestra nueva producción. Para calebrar nuestros primeros diez años queríamos montar  El aniversario de larga duración o El “long-playing” de nuestra historia, que como ya saben fue la primera obra que hizo el Taller; pero con los planes del viaje y como el “long-playing” ya está pasado de moda... y la historia patria no se detiene... le  cambiamos el nombre, para que tuviera más impacto en Europa y los textos fueron actualizados y se escribieron nuevos.

       Y ya lo dijo quien lo dijo: “Recordar es vivir...” Gracias a todos los que de una u otra manera nos han apoyado. En especial al doctor Gamaliel Pérez Santiago, por contratar a nuestro profesor y por su apoyo inicial; gracias  al licenciado Manuel J. Fernós por siempre decir presente; gracias al doctor Alejandro Ruiz, por confiar en nuestro talento y hacer posible nuestro viaje a Italia; gracias a la doctora Carmen Hernández por su cariño de siempre; gracias a Antonio Frontera, la enciclopedia de teatro ambulante, por sus sabios consejos. Y a Antonio García del Toro por hacer “...de piedras... diamantes.” GRACIAS.


 

  La profesora Ivonne Rivera, Decana de Estudiantes, y el doctor Antonio García del Toro tuvieron a su cargo la entrega de los premios.

Prof. Antonio García del Toro:  "En mayo, al terminar la segunda producción del pasado año académico, se decidió celebrar los primeros diez años haciendo teatro de nuestro grupo universitario. Se decidió celebrarlos aquí en el mismo escenario que año tras año ha marcado un reto para los integrantes del Taller, que año tras año los ha visto triunfar. Sería una noche inolvidable, llena de recuerdos, de nostalgias, de momentos significativos. Ha llegado el momento de reconocer a los jóvenes más destacados de esta primera década."

Prof. Ivonne Rivera Vega:  "Los integrantes del Taller decidieron, también en mayo del año pasado, destacar la labor de los compañeros que a lo largo de estos años han participado en cuatro o más producciones. Mencionaremos el número de producciones y montajes en que ha participado."

Recibieron Diploma de Honor por haber participado en 4 producciones y 8 montajes:  Ferdinand Acosta Vidal y Alfredo Carrión Orlandi; recibiron Diploma de Honor por haber participado en 4 producciones y 9 montajes : Ramón Martínez Díaz; y del grupo fundador: Evelyn Delgado Rivera, Wilfredo Martínez Torres, Carmela Rojas Rivera, Mahmund El-Hage Hage; Lymarie Nieves Plaza recibió Diploma de Honor por haber participado en 4 producciones y 10 montajes; Czarina Jiménez Pérez y Ramón Toro Torregrosa recibieron Diploma de Honor por haber participado en 4 producciones y 11 montajes. Ambos completaron estas cifras con su participación en ¡Salsa!; Roberto Ruiz Otero recibió Diploma de Honor por haber participado en 5 producciones y 7 montajes; Mildred Santiago Santiago recibió Diploma de Honor por haber participado en 5 producciones y 9 montajes; Del grupo fundador, recibieron Diploma de Honor por haber participado en 5 producciones y 10 montajes: Nilda Bruceles Merced y María Rojas Babilonia; Amnerys González, González recibió Diploma de Honor por haber participado en 6 producciones y 16 montajes; Saritza Zambrana Burgos recibió Diploma de Honor por haber participado en 7 producciones y 16 montajes; Brenda Alonso Rivera, del grupo fundador recibió Diploma de Honor por haber participado en 7 producciones y 17 montajes; Eidy Williams Marrero, del grupo fundador recibió Diploma de Honor por haber participado en 9 producciones y 19 montajes; Abel Silva Hernández, del grupo fundador recibió Diploma de Honor por haber participado en  10 producciones y 22 montajes; Luis Ramos Rivera, del grupo fundador, recibió Diploma de Honor por haber participado en  15 producciones y 35 montajes.


PREMIACIÓN
Entregaron los premios el Dr. Antonio García del Toro, director del Taller, y el Lcdo. Manuel J. Fernós, presidente de la Universidad Interamericana de Puerto Rico. La Decana de Estudiantes del Recinto de Bayamón, Prof. Paola Sagardía, y la Rectora del Recinto de Ponce, Dra. Vilma Colón, los acompañaron en la entrega de las Medallas de Honor.
MEDALLAS DE HONOR
"La labor de estos jóvenes durante sus años en el Taller fue —y es aún en muchos casos— sumamente significativa. Gracias a su tenacidad, disposición, talento y espíritu quijotesco hoy podemos celebrar con orgullo estos primeros diez años. En agosto de 1996, el Taller comenzó una empresa nueva y difícil. Organizó un grupo de trabajo, o sucursal —como siempre la hemos llamado— en el Recinto de Ponce y al año siguiente, otro en el Recinto de Bayamón. Hoy reciben Medalla de Honor Ramón Toro Torregrosa y José Fenollal Meléndez como estudiantes destacados del Recinto de Ponce y del Recinto de Bayamón, respectivamente."


JOSÉ FENOLLAL MELÉNDEZ
RAMÓN TORO TORREGROSA
PREMIO ESPEJO
"Actuar es un trabajo arduo y sacrificado, pero si además debemos compartir el mismo personaje con otro compañero la labor se hace más difícil. El Premio Espejo es otorgado a Saritza Zambrana Burgos y Alma Rivera de León por su excelente y admirable actuación como dobles en El brindis de las cacatúas. Nunca olvidaremos la excelente actuación de ambas como Loris." 
ALMA RIVERA DE LEÓN
SARITZA ZAMBRANA
PREMIO MIL CARAS
"Muchas de nuestras puestas en escena han dado la oportunidad a los jóvenes de interpretar en un mismo espectáculo más de un personaje. Desde los inicios del grupo, un talento joven demostró que era capaz de aparecer y desaparecer cambiando su voz, su gesto, su expresión corporal. Recibe el Premio Mil Caras Abel Hernández Silva por la multiplicidad de sus interpretaciones. En Aquí, Cervantes, interpretó con acertada gracia varios personajes. Nunca olvidaremos la agitación trasbastidores para ayudarlo a cambiarse de vestuario y menos, su entrega en cada una de estas actuaciones."
PREMIO ESCENARIO
"Nuestros jóvenes no actúan únicamente. El Premio Escenario que hoy otorgaremos reconoce la labor polifacética de una joven que no sólo ha sabido encarnar con talento cada uno de los personajes que se le han asignado, sino que además ha enriquecido la escena con su voz, su ritmo y con su acertada dirección en coreografías y coros. Saritza Zambrana Burgos recibe este premio con todo nuestro reconocimiento y orgullo de aún poder contar con tu dedicación."

ABEL SILVA HERNÁNDEZ

SARITZA ZAMBRANA

PREMIO TRASBASTIDORES

"Talento, disciplina, son algunos de los atributos que han llevado a muchos jóvenes del Taller a triunfar. El Premio Trasbastidores, que nos toca ahora entregar, no solamente reconoce estos atributos; sino que es  otorgado a la persona que durante los pasados años a enriquecido el grupo por su espíritu noble y solidario. Amnerys González González recibe con orgullo y satisfacción este premio que simboliza una misión cumplida con gran calidad humana."

PREMIO UNICORNIO

"La superación personal y artística también deben ser reconocidas. En este momento entregaremos el Premio Unicornio a dos jóvenes que de igual forma perseveraron y que su espíritu de superación a las llevó al éxito y que recibieron del público el aplauso que su encomiable trabajo mereció. Entregamos este premio a Brenda Alonso Rivera  y Eidy Williams Marrero. No fue fácil, pero ambas lo lograron."

AMMERYS GONZÁLEZ GONZÁLEZ

BRENDA ALONSO RIVERA
PREMIO DÉCIMO ANIVERSARIO

"Quizás de los premios hasta ahora otorgados, ninguno de los miembros del Taller sabía de su existencia, fueron una sorpresa para todos. Sin embargo, el premio que ahora entregaremos es de público conocimiento. Recibe el  Premio Décimo Aniversario al estudiante Luis Ramos Rivera por su lealtad y sobresaliente participación durante los primeros diez años del Taller de Teatro de la Inter-Metro. Tito, como todos lo conocemos era un muchacho tímido, que hablaba poco y que sin embargo, descubrió que el teatro y el Taller lo podían ayudar a superarse. Por eso nunca nos ha abandonado. Tito siempre ha estado presente. De las quince producciones, solo no participó en una. Aunque estuvo con nosotros en la boletería. Tito debutó profesionalmente cuando se estrenó el Teatro del Recinto de Bayamón y compartió escenario con actores del calibre de Marcos Betancourt, Mercedes Sicardó y Marian Pabón. No nos defraudó. Hace algunos meses actúa su segunda obra profesional en la que nuevamente actúa junto grandes actores nacionales. ¡Bravo! En unos días, actuará en ¡Salsa! Recibamos con un fuerte aplauso a una de las columnas vitales del Taller de Teatro de la Inter-Metro. Luis Ramos Rivera, Tito."

LUIS (TITO) RAMOS


 

Brindis




La destacada mujer del teatro puertorriquño, Myrna Casas, tuvo a su cargo el brindis que dio paso a la cena de gala. A su lado el doctor Antonio García del Toro quien antes de comenzar la cena se dirigió a los presentes: "Estos primeros diez años, que simbólicamente hemos revivido al entregar cada uno de los premios, no han sido fáciles.  Pero con el apoyo y el cariño de más de ciento cincuenta jóvenes que han vivido conmigo la experiencia maravillosa que es el teatro, hemos superado todos los obstáculos. Tenemos una cómoda oficina, hace años podemos almacenar nuestro vestuario y utilería, inauguramos hoy los camerinos de este teatro, ahora elegantemente de corados, estamos a punto de estrenar nuestra decimosexta producción y de emprender nuestra III Gira Internacional. Y hoy  diez años después de haber comenzado esta aventura decimos con orgullo: misión cumplida.”


TALLER DE TEATRO DE LA INTER-METRO