Poli-comedia en
dos actos (enero/1998) estrenada en el Centro de Bellas de
Artes de San Juan por Alta Escena, como parte de la XII
Gira de la Productora Nacional de Teatro, el 22 de enero
de 1999 y escenificada en varios teatros de la Isla hasta
agosto del mismo año.
Apaga y vámonos es una historia familiar de sana sátira a la sociedad contemporánea en que vivimos. La obra forma parte de la triología que completan Que la muerte nos separe (1995) y Sin la soga y sin la cabra (1996).
Por razones económicas o políticas, un pueblo imaginario, de
una isla no muy imaginaria es dividido en dos. En ese
momento comienzan los problemas y las situaciones de gran
comicidad. Adelaida Fuentes, sobrina de un famoso líder
político se postula para alcaldesa de uno de los dos pueblos
y gana. Su marido, Fernando Alcalá, para hacer reflexionar a
su esposa sobre error que ha cometido, se postula para
alcalde del otro pueblo por el partido contrario y gana. Así
pasan los años, y sólo un divorcio no real, del que son
cómplices sus asistentes y una nana, los lleva a los más
divertidos enfrentamientos. Un coro de singulares
profesionales corruptos corruptos facilita los enredos
que surgen a cada momento en la vida de esta singular
pareja, que sólo durante las Navidades comparte la vida
matrimonial en la casa en que ambos vivían antes de comenzar
la carrera política, y que está situada entre los dos
pueblos.
Provi Seín (en lo
alto, La Asistente) Luis Ramos, Czarina Jiménez y José
Fenollal (alrededor del espejo, El coro), Elsie Moreau (a
la izquierda, La nana) y al centro William Agosto (El
alcalde) y Velda González (La alcaldesa), dieron a la
comedia de García del Toro la chispa que los personajes
necesitaban para triunfar en el escenario.
Ernesto Concepción (en el piso) también tuvo la oprtunidad de interpretar el personaje protagónico de la pieza durante la temporada que se presentó en Bellas Artes y en otros teatros de Puerto Rico, compartío la labor con el veterano actor William Agosto.